LO QUE NO PODEMOS



Podemos analizar el cambio social que ha supuesto el fénomeno en el panorama político desde muchos puntos de vista. Y también podemos ver las fotos de prensa y redes sociales,las fotos de las asambleas y de los actos.  Gente de veinte, treinta, cuarenta años y de más  que, no se sabe cómo, han construido un acontecimiento histórico, seguramente el más importante que ha ocurrido en este país desde la transición. 

Los jóvenes de Juventud Sin Futuro, los estudiantes que lucharon contra el Plan Bolonia durante diez años, profesores universitarioe etc. Muchos alumnos y muchos maestros , sobre todo de la Universidad Complutense. 

Por otro lado, el debate sobre los liderazgos dentro de la izquierda no debería centrarse en si son deseables o rechazables. Siempre están presentes, ya que en cualquier espacio siempre hay quienes, más o menos espontáneamente, ocupan ese rol, ya sea porque tienen experiencia, más tiempo para dedicar o una forma de ser propensa a ello. Incluso en las organizaciones o movimientos más contrarios al rol del liderazgo, éste existe siempre.

Desde Castro Confidencial sabemos que los liderazgos no implican necesariamente un problema. El problema es cuando el liderazgo de una organización es una traba para la democracia interna –el debate, la crítica y la toma colectiva de decisiones. La formalización de un control desde arriba suele darse o bien por un proceso de burocratización (una minoría se hace con el control de los procesos internos y de los espacios de toma de decisiones) o por una ausencia de regulación (donde una minoría que por tener más prestigio, tiempo o experiencia acaba decidiendo las cuestiones importantes).

El primer paso para evitar que una minoría decida las cuestiones centrales de forma antidemocrática es reconocer que los liderazgos existen y establecer mecanismos para poder elegirlos y sobre todo controlarlos desde abajo, ya que en cualquier momento se podrían equivocar. 


Si en Podemos hay diferentes planteamientos sobre como seguir avanzando, es más transparente y democrático reconocerlos para poder establecer un debate honesto y abierto a todo el mundo, para que la mayoría decida en base a argumentos sólidos y no votando entre listas de personas que no conoce. El debate debe ser totalmente transparente y para ello la visibilización de los diferentes planteamientos resulta democratizador.

A diferencia de lo que algun@s piensan interesadamemente, la diferencia de opiniones no es sinónimo de ruptura, sino de PLURALIDAD.
 

No es una utopía obligar a los poderosos a cumplir la ley. A veces se consigue. Y el efecto es una bola de nieve que no se detiene. En resumen, que sí se puede. Claro que se puede.

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𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎́𝑛 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜𝑠 𝑦 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑒𝑣𝑖𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒.