HACE UNOS AÑOS, un grupo de vecinos, clamando por la intervención del Fiscal Anticorrupción en Castro Urdiales, de forma espontánea iniciaron una cruzada, no exenta de problemas, para denunciar la corrupción en Castro Urdiales. Esa corrupción que muchos negaban (cada vez menos), que muchos toleraban e incluso disculpaban (cada vez menos) y que otros más preocupados de sus propios sueldos, prebendas e incluso votos futuros, ignoraban y que unos cuantos , practicaban.
Los juzgados con más voluntad que medios que lo mismo investigan un pelotazo urbanístico en Santa Catalina que tienen que resolver sobre un divorcio o un accidente de tráfico; un juez al que se puso inmediatamente nombre y apellidos y no se dudó en pasarle a la categoría de investigado; un agente de la policía judicial contra el que incluso se querellaron ; un grupo de policías judiciales con pocos medios que han salido de Castro hastiados de la incomprensión y falta de colaboración; un alcalde pedáneo expulsado de su partido por liderar la primera de las denuncias; un partido político “la unión” extraparlamentario y tachado de oportunista; y un grupo de ciudadanos que sábado tras sábado detrás de una pancarta y en los meses más fríos animaban a actuar frente a la corrupción para ser tachados de soñadores.
Casi ninguno de los de detrás de la pancarta pertenece ni tiene, hoy, partido político. Aquellos que decían “que hace un frío que pela” como forma de eludir el compromiso, crearon el suyo propio para engancharse al trabajo helador de unos pocos “iluminados” a los que el tiempo está poniendo en el sitio que les corresponde. Tenían razón. El ladrillazo no era sino corrupción y así está Castro.
Desde Castroconfidencial vaya nuestro pequeño homenaje a los de detrás de la pancarta. Gracias por hacer entonces lo que muchos teníamos que haber hecho y apoyado: echarnos a la calle y no consentir que unos pocos nos defiendan de los desalmados.
Los juzgados con más voluntad que medios que lo mismo investigan un pelotazo urbanístico en Santa Catalina que tienen que resolver sobre un divorcio o un accidente de tráfico; un juez al que se puso inmediatamente nombre y apellidos y no se dudó en pasarle a la categoría de investigado; un agente de la policía judicial contra el que incluso se querellaron ; un grupo de policías judiciales con pocos medios que han salido de Castro hastiados de la incomprensión y falta de colaboración; un alcalde pedáneo expulsado de su partido por liderar la primera de las denuncias; un partido político “la unión” extraparlamentario y tachado de oportunista; y un grupo de ciudadanos que sábado tras sábado detrás de una pancarta y en los meses más fríos animaban a actuar frente a la corrupción para ser tachados de soñadores.
Casi ninguno de los de detrás de la pancarta pertenece ni tiene, hoy, partido político. Aquellos que decían “que hace un frío que pela” como forma de eludir el compromiso, crearon el suyo propio para engancharse al trabajo helador de unos pocos “iluminados” a los que el tiempo está poniendo en el sitio que les corresponde. Tenían razón. El ladrillazo no era sino corrupción y así está Castro.
Desde Castroconfidencial vaya nuestro pequeño homenaje a los de detrás de la pancarta. Gracias por hacer entonces lo que muchos teníamos que haber hecho y apoyado: echarnos a la calle y no consentir que unos pocos nos defiendan de los desalmados.
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